La mayoría de las veces uno es, lo que se primero se ve.
Y si lo que se ve, se ve mucho más aún, ni hablar.... como cuando alguien tiene un lunar enorme en algún lugar de la cara y vos estás conversando con él mano a mano y por más que tu cerebro haga un esfuerzo enorme lo único en que pensas es en ese gigantezco lunar que tiene el pobre sujeto, y te desconcentrás, y desvías la mirada un poco a la derecha para tratár de no mirarlo, pero un especie de imán o adrenalina latente te lo vuelve y vuelve a poner en foco al fucking lunar, y así empezás a pensar en que te matás si tus hjos salen con lunares en la cara y en que si se operan, se sacan, o si hay algún químico que los borre se lo borrarías YA en este instante!!!, o en qué hubiera pasado si te hubiera tocado a vos!!!!, o en como le puede arruinar la cara a alguien que es mais que bonito, que por eso más vale que lo tenga, ya que estamos, el feo, así es cartón completo y fue, y que ni hablar si tuviera pelos el lunar, que cosa asquerosa!!!!, y te preguntás para qué serán los lunares sino para molestar y de repente el pobre personaje lunaroso que tenías enfrente te pregunta algo, y como vos no le escuchaste ni la mitad de lo que dijo porque en ese momento tu vida ya se había convertido en simulacro de un lunarón lifestyle, no sabés qué raios contestarle, y él, obviamente, se convierte en un ser todavía más lunaroso y más infeliz.
Yo ahora también tengo algo parecido. Obviamente no sería justo compararme con ese caso. Muchos dirán que mi analogía es no solo caradura, sino vergonzosa y malcriada, pero bueno, así es como me siento a veces. Y les aviso que mi detalle a la vista no es ya un detalle sino algo mucho más grande y voluptuoso que un simple lunar. Sí, hoy y hace varios meses no soy más "la china", soy una pansa. Y veo que las personas me saludan y en cuestión de segundos sienten esa obligación inevitable de preguntarme por mi pansa (y por todo lo que ella implica).... igual que cuando se enteran de que te casas. Y las preguntás son siempre las mismas, y por ende las respuestas son siempre las mismas y todo se convierte en un gran monotema pansoso y lo peor es que a la mayoría les da fiaca preguntarme!!!, liberense!!!!! no me pregunten más, a mi también me da fiaca responder!!!!
Y ni hablar de cuando estás en un local y ves sentada a una de esas madres de 50, recientemente menopáusicas o abandonadas por sus hijos que no saben como llenar el gran hueco, por no llamar ABISMO que las persigue (si ya se, soy cruel) y te miran calladas un par de segundos y después de haber hecho el esfuerzo del siglo por contenerse, te preguntan "es el primero?" y ahi laaaaaargan la verborrogia nomais, y notás que esa cara de osito cariñoso que tenían cuando te hicieron la primera pregunta se vuelve más ansiosa, y desesperada!!!...y que a pesar de que vió tu cara de poker (porque lo único que queire es desahogarse) laaaaarga nomás toooodo su árbol genealógico en tu falda. Que descaro.
O sino está la del asado que te dice "hay estás impecable igual con esa pansa, no engordaste naaada" y la realidad es que su preguntá de verdad es solo una excusa para que ella laaaaargue la gran charla maternal y pueda empezar a hablar de sus ttremendos, salvajes y hasta sexies partos (si prometo una una vez me dijo que para ella el parto era algo sexy y todavía no entiendo en que posición, ni en que perspectiva le vio el sex appeal al parto, pero bueno).
El tema es que ahora, al igual que lunaron lifestyle: eso soy y no mucho más, y ese es el mayor problema. O sea, me he convertido simplemente en material de relleno para huecos inkomodos, huecos vacíos, huecos hoooondos y angustiantes y huecos sexuales, porque no. Y yo que si hay algo que odio es ser evidente, como raios vuelvo a las penumbras? al misterio? El misterio está pronta por nacer.