lunes, febrero 02, 2009

Elisa tiene un algo extraño que le da cierto atractivo, oscila entre las pistas a pesar de que alguna vez se rompió un talón. Por supuesto, sus deseos son siempre desordenados. Pero prefiere estar marcada que no bailar en absoluto. En la mayoría de las conversaciones a menudo elije el contenido y como era de esperarse tiende a seleccionar aquellas costumbres que tienen callejones sin salida.

Para peor, una buena vez perdió su valentía en un cambio de escena, y como los domingos definitivamente no eran sus días sociales, decidió pasar varios de sus mejores años distraída. Y a pesar de que todos se quejaron, ella prefería estar distraída, y es que la mayoría de las veces no quiere hacer las cosas bien.
Ahí es cuando piensa que quizás esté mejor en otro lado.

El está en algún lugar, pero no a la vista, robandose algunas palabras que espera ella esté buscando. Noche a noche se encuentran en la fiel mentira de la tierra. Pero a veces, no es en al tierra sino en las pistas y ahí es cuando las piernas convencen más que las palabras. Y además ahí si está distraída no importa. Lo único que pide es que el no la mire cuando baila.

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